Háblame

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Título original: Talk to me

Dirección: Danny Philippou, Michael Philippou

Año: 2023

Duración: 1h 35m

Elenco: Sophie Wilde, Alexandra Jensen, Zoe Terakes, Otis Dhanji, Chris Alosio, Joe Bird, Miranda Otto, Marcus Johnson, James Oliver


Mia asiste a una fiesta donde se une al reto de tocar una mano con la que se puede contactar a los espíritus. Las cosas se enturbian cuando Mia comienza a ver apariciones fantasmagóricas en todas partes.


Una de las pocas cosas buenas de esta película es la crítica que hace a las generaciones que no se toman algunos temas delicados con la seriedad que se merecen, y la obsesión de subir todo a redes sociales con tal de ser tendencia, sin cuidar la privacidad y sensibilidad de aquellas personas que salen en los vídeos o fotografías. A esto se le suma el hecho de que muchas veces las advertencias de terceros en cuanto a mantenerse alejados de algo son completamente ignoradas hasta que ocurre algo grave y hay vidas en riesgo.

Además, tenemos la crítica hacia cómo las personas buscan “emociones fuertes” como una manera de distracción de situaciones familiares, sociales o personales que pueden resultar difíciles de afrontar. Por supuesto, esto también se vincula con el tema de la aceptación social, y cómo en algunos ambientes la gente se siente presionada por hacer algo -a pesar de que no sea bueno- con tal de que quienes los rodean lo reconozcan como parte del grupo, o bien, para poner fin a rumores y/o prejuicios que existen hacia esa persona.

Incluso podríamos hablar de la protagonista, Mia (Sophie Wilde), quien es un personaje bastante completo en cuanto a que sabemos la situación personal por la que está pasando en cuanto al duelo por la pérdida de su madre, su relación con su padre después de dicho evento, lo que piensa y siente respecto a lo que ocurrió, su manera de ver a sus amistades, y la manera en que ella misma se percibe dentro del ámbito social. Esto nos da bastantes pistas de lo que podríamos esperar a lo largo de la película.

Fuera de esto, lo que vemos en Háblame es un guion que explora muchas cosas interesantes y que deja todo a medias, incluyendo el tono terrorífico con el que se publicitó la película.

La cinta en realidad comienza con una escena bastante fuerte que parece mostrarnos un poco de lo que veremos en la siguiente hora y media: gente que ve o escucha cosas, y sangre (mucha sangre). Sin embargo, conforme vamos avanzando y nos adentramos un poco en lo que debería ser la introducción al problema central, nos topamos con un conjunto de escenas incómodas e innecesariamente largas, pues, aunque un par de segundos eran más que suficientes para que el público tuviera una idea de lo que estaba ocurriendo fuera de foco, la película se empeña en incomodar y asquear al espectador sin necesidad alguna, pues estas escenas carecen de importancia para la trama.

Luego, nos encontramos con el pequeño inconveniente de que la historia avanza muy lento. Los primeros minutos se pueden sentir más ágiles porque es cuando conocemos a los protagonistas, un poco de su contexto, se nos presenta el tema del contacto con los espíritus y comenzamos a ver cosas paranormales. Pero, ya después de una media hora, lo demás transcurre con poco ritmo y nunca llegamos a ese ambiente terrorífico que parecía tener la escena inicial.

La razón principal de la lentitud de la historia es que tarda mucho en empezar, se siente que la mitad de la película, o un poquito más, es tan solo la introducción de algo que se va a resolver en media hora. En un primer instante esto podría parecer prometedor, pues para este punto de la película ya se nos mencionaron varias cosas que le complicarían a la protagonista el poder escapar de los eventos paranormales que está viviendo. Sin embargo, la realidad está lejos de eso y prefirieron optar por un final con pocas explicaciones, dejando demasiados huecos sin llenar, de tal manera que muchos de los obstáculos que se pudieron haber enfrentado no aparecen, y si lo hacen es solo por un par de segundos.

Es por esto que Háblame no se siente ni como una película de terror ni como una de suspenso. En cuanto al terror, más allá de uno que otro “jumpscare”, no hay algo en la historia que haga temblar al espectador, pues incluso hay momentos en los que la película se siente aburrida y predecible. Justo por este factor es que la película tampoco funciona como suspenso, pues conforme avanza la historia podemos saber qué va a pasar, y en efecto, eso ocurre. Si a esto le sumamos que lo que pasa carece de explicaciones, terminamos viendo una historia que dejó regados un montón de cabos sueltos.

En conclusión, a pesar de que las campañas de marketing se empeñaron en vender Háblame como una de las mejores películas de terror del año, la verdad es que está muy lejos de poder ser considerada como tal, pues más allá de hacernos pasar un rato incómodo, esta película se perdió a la mitad del camino.


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