El exorcista: Creyentes

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Título original: The Exorcist: Believers

Dirección: David Gordon Green

Año: 2023

Duración: 1h 51m

Elenco: Leslie Odom Jr., Tracey Graves, Lidya Jewett, Danny McCarthy, Ann Dowd, Norbert Leo Butz, Rory Gross, Olivia O’Neill, Norah Murphy, Ellen Burstyn, E.J. Bonilla, Linda Blair.


Sinopsis:

Dos amigas se internan en el bosque para hacer un ritual que les permitirá comunicarse con sus difuntos seres queridos. Cuando las niñas no aparecen a la mañana siguiente, sus familias comienzan a buscarlas, y al encontrarlas se percatan de que algo maligno vino con ellas.


Las películas de terror donde se aborda el tema de los exorcismos se han convertido en una fórmula dentro de este género cinematográfico. Esto ha hecho que las producciones más recientes que se adentran a este tipo de historias, sean básicamente calcas unas de las otras.

En el caso de El exorcista: Creyentes, nos encontramos con un filme que aporta poco a su género, pues más bien intenta recrear el clásico dirigido por William Friedkin en 1973, El exorcista. La copia no solo se limita al tipo de personajes o a la historia como tal, sino también en algunas escenas consideradas como clásicas en la cinta original. De esta manera, el factor sorpresa se pierde, dejando que la película se sienta bastante lenta por partes, y poco interesante en otras.

Debido a esto nos encontramos con personajes que, a pesar de tener un perfil interesante, con suficiente potencial para aportar algo a la trama, terminan por ser muy planos e incluso irrelevantes para el resto de la trama, a pesar de su estrecha relación con las niñas protagonistas de la historia. También tenemos el caso de personajes con propósitos poco claros dentro de la serie de eventos que se nos presenta, y que encima adquieren un rol predecible. Por último, están aquellas figuras puestas para cumplir con ciertos clichés dentro del género o para complacer a los fans de la cinta original, pues este tipo de personajes tienen una aparición muy corta y que no aporta nada a la trama.

Dentro del guion, hay uno que otro punto interesante, así como enfoques no tan utilizados dentro de este tipo de historias. Sin embargo, todo esto se pierde al momento en el que el libreto pretende presentarse como algo nunca antes visto o novedoso, cuando en realidad está muy lejos de serlo. Estas pretensiones, hacen que la trama se sienta repetitiva, sobre todo porque hay varias cosas que se comprenden bastante bien sin una explicación por parte de los personajes, y a pesar de esto, la cinta le dedica un tiempo a decirle al espectador lo que está ocurriendo a partir de diálogos innecesariamente largos.

Quizá el punto más interesante de esta película es el de la fe y la religión, pues aquí nos encontramos con diferentes rituales de exorcismo que responden a diferentes creencias, lo cual nos permite ver algo más allá del ya conocido ritual católico. Al abordar este tema, la cinta invita a reflexionar lo que implica creer en algo, o tener fe en algo, y cómo esto puede ayudar a que las personas vean la luz en aquellos momentos donde quieren darse por vencidos, o que creen que las cosas no tienen solución.

Por otro lado, está la ejecución de la idea, pues a lo largo de casi dos horas, nos topamos constantemente con escenas que abusan de crear una gran tensión que le abre la puerta a un jumpscare, preparando así al espectador para saltar de su asiento, sin que estos sustos sean lo suficientemente aterradores como para quitarle al sueño a alguien. Sin duda, el final es el que muestra la verdadera cara terrorífica de esta secuela, aunque el desenlace en sí se siente un tanto apresurado, dejando algunas cuestiones sin resolver.

En resumen, durante su campaña publicitaria, El exorcista: Creyentes, ofreció una secuela aterrorizante de la historia que llegó a los cines en 1973, cuando en realidad es más bien una nueva versión de aquella película que se ha considerado como un clásico del cine de terror, con un uso de mejores efectos especiales, pero con un desarrollo de trama y de personajes un tanto pobre.


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