Cine en palabras

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Sinopsis:

En una ciudad donde los elementos pueden convivir en cierto orden, el fuego es enviado a un barrio exclusivo. Ember, una joven de fuego con problemas para controlar su ira, conoce a Wade, un chico acuático que deja fluir sus emociones y que le enseña a Ember una valiosa lección de vida cuando ambos deben arreglar una fuga de agua que está afectando al barrio de fuego.

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Desde su primera escena, la película nos muestra una de las problemáticas centrales que abordará: la migración y el sentido de pertenencia. Este es el hilo conductor de casi todos los eventos presentados en la película, sobre todo en cuanto a todo lo relacionado con el padre de Ember, quien muestra una de las vertientes de este tema al sentirse resentido con el resto de los elementos, sobre todo con su opuesto, el agua, ya que tiene ciertos prejuicios. De aquí se desprende el tema de vivir con temores e incluso rencores que se pueden pasar fácilmente de generación en generación.

Otro de los grandes temas tocados en la cinta, es el de no limitar los sueños o las metas que tengamos en la vida por cumplir las expectativas de otros. Si bien este mensaje no es del todo nuevo, sobre todo en las películas de Pixar, o de Disney en general, la manera en que los presenta y desarrolla a partir de sus personajes resulta bastante emotivo y entretenido.

En este sentido los personajes están construidos de una manera clara pero que se termina por sentir incompleta, pues si bien se nos presentan cuáles son sus creencias más arraigadas, sus sueños, sus miedos, y por supuesto su personalidad, la cual es muy marcada; hay cosas que se sienten, por lo menos, apresuradas, ya que no hay una verdadera buena razón por la que los protagonistas hacen lo que hacen, o bien, hay algunas aristas que solo se mencionan de paso y que no vuelven a mencionarse y mucho menos a desarrollarse. Esto es algo que repercute en el desarrollo general de la cinta, pues esta también deja algunas cuestiones inconclusas, entre ellas, el problema central que llevó a que Ember y Wade se conocieran.

Aquí es donde entramos a la cuestión del guion, el cual, sí, tiene momentos muy lindos, emotivos y llenos de enseñanzas positivas, pero también tiene un par de agujeros que hacen que pierda el impacto que parecía tener al principio. Esto ocurre al momento en que la trama se centra en el futuro de los personajes y dejan de lado algunas de las circunstancias que los rodean y que parecían tener importancia por la manera en que fueron presentadas. Al hace esto, la película deja un sabor agridulce en el público, pues mientras que por un lado se salen las lágrimas por el emotivo desenlace, también queda la sensación de que se trató de una película más de romance entre opuestos que se atraen, a pesar de que tiene temas mucho más profundos que eso.

Finalmente, en cuestión de animación, Elementos impresiona por el cuidado prestado a las texturas de sus personajes, sobre todo en aquellas escenas donde se colocan muchos de ellos. La manera en la que fluye la animación en el diseño general de los entornos y de los protagonistas, es simplemente increíble, y aunque no se sale del tipo de animación que usa Pixar en sus producciones, sí que logra darle un aire fresco a esta película.

En conclusión, si bien la trama de Elementos no es de lo más innovadora, vale la pena darle una oportunidad para pasar un buen rato ya sea en solitario o en compañía de seres queridos. Sin duda, es una película que se disfruta de cualquier manera y que termina sacando una genuina sonrisa cuando llegan los créditos finales.

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