Cine en palabras

Sinopsis:

Un niño pierde a su madre debido a la guerra y a los pocos meses se muda a su nueva casa con su padre y su madrastra. En ese misterioso lugar, una garza gris le dice al niño que su madre sigue viva.

Desde lo avances con los que se dio a conocer el estreno de esta película, uno sabía que podía esperar el gran estilo de animación que ha caracterizado a Studio Ghibli, pero al abordar el tema de la historia, uno no tenía una idea clara de para qué prepararse.

Resulta que la historia es una combinación de drama, fantasía y unos toques de humor cómico que nos introducen a un mundo maravilloso donde la magia existe, los animales pueden hablar, y donde diferentes realidades están conectadas. Y si bien esta no es una película de multiversos ni mucho menos, sí que realiza una combinación de líneas temporales que puede resultar un poco confuso pues nunca se da una explicación de cómo funciona este lugar donde transcurre la mitad de la película.

Lamentablemente, esta no es la única falla de la cinta, pues a esto se le suma que la trama es bastante sencilla, pero es alargada por muchos momentos que parecieran no tener mucho aporte a la historia principal o al desarrollo del protagonista. También se le agrega mucha intriga a ciertos eventos que en realidad se resuelven de manera sencilla y que no llevan a ningún lado dentro de las problemáticas que se van presentando, simplemente están ahí para seguir presentando el mundo mágico y sus habitantes.

Queda claro que había muchas cosas por explotar dentro de la historia, como la relación entre ciertos personajes. Sin embargo, es el mundo fantástico al que somos introducidos de golpe el que resulta que tenía mucho que aportar tanto para que la trama fuera un poco más compleja, como para el desarrollo del protagonista siendo esto los elementos necesarios para que la película fuera más ágil y quizá menos pesada, pues a pesar de que la trama resulta entretenida, sobre todo por sus personajes, sí que se resiente su duración después de un rato, sobre todo en el desenlace, el cual se prolonga un poco más de lo que en realidad podría durar.

Considerando todo lo anterior, a diferencia de otras películas de este estudio de animación japonesa, donde tenemos claro el punto A  donde empiezan los personajes y el punto B donde deben llegar; así como sus razones, motivaciones y obstáculos que los permiten crecer como personas, en El niño y la garza se trata más de una cuestión sencilla y muy personal para el protagonista, quien pareciera no cambiar mucho para cuando llega el final de la cinta.

Lo que no decepciona por supuesto es el lado técnico de esta película, pues tanto la animación como la música nos transportan a momentos realmente fantásticos, con toques oscuros que nos preparan para adentrarnos a escenas con un poco de intriga y suspenso. En resumen, la última película de Studio Ghibli rompe con la manera en que había estado contando sus historias y había desarrollado a sus personajes, haciendo que la película resulte un tanto desabrida, aunque con sus buenas puntadas que por lo menos aseguran pasar buenos ratos esporádicos en el cine.

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