Cine en palabras

Sinopsis:

Leonard Bernstein, director de orquestra y compositor, logra tener una carrera llena de éxitos, pero su vida personal está rodeada de dramas personales y maritales.

En este drama, Bradley Cooper nos ofrece una actuación espectacular al lado de Carey Mulligan, quien se lleva los reflectores como la actriz principal. Ambos actores se entregan de lleno a sus respectivos personajes, siendo Mulligan quien debe conectar con la audiencia desde diferentes estados emocionales, mientras que Cooper se ve en la necesidad de ganarse la empatía debido a los dramas personales que marcaron su vida amorosa. En este sentido, la dupla hace un maravilloso trabajo ofreciendo una actuación que nos muestra diferentes facetas de sus vidas, lo cual, acompañado de un buen maquillaje, nos permite disfrutar de un recorrido por la carrera de Leonard Bernstein así como de su matrimonio y su vida en familia.

Sin embargo, este recorrido es un poco extraño al momento de no dar pistas de la época en la que nos encontramos, ya que no hay ningún recurso visual que nos ayude a colocarnos cronológicamente dentro de esta línea de eventos. Debido a esto, resulta complicado determinar cuánto tiempo trascurre de un cambio de escena a otro. Afortunadamente hay casos en los que podemos saberlo aunque sea mucho más delante en la historia gracias a diálogos entre los protagonistas, pero hay otros momentos que se quedan en la duda, sobre todo si no se tiene conocimiento sobre Bernstein. A pesar de esto, la línea a seguir es muy clara, pues a lo largo de la cinta vemos los esfuerzos de este compositor por mantener una reputación y lograr superarse con trabajos cada más significativos.

Además de este viaje por su carrera, tenemos un estudio de su persona, pues gracias al guion podemos saber cómo era Bernstein la primera vez que dirigió un orquestra, y cómo fue cambiando conforme la fama, el amor, y sus preferencias sexuales se combinaban en un torbellino de emociones que lo afectaban a él y a su matrimonio en muchas maneras diferentes. Algunos diálogos de los personajes demuestran esa vida privada y nos permite conocer más a fondo lo que pasaba por la mente del compositor en diferentes  momentos de su carrera.

Ligado a esto tenemos un uso espectacular de la música, utilizando muchas composiciones originales de Bernstein, para saber cuál es el estado emocional de los personajes, sobre todo del protagonista. Entre la banda sonora que solo podemos escuchar, y las escenas donde Cooper se convierte en un verdadero director de orquestra para deleitarnos con una ópera o con una pieza instrumental, hace que la cinta adquiera por partes un formato de concierto con un «detrás de cámara» incluido, pues en algunas escenas vemos el proceso creativo que conllevó a esas piezas musicales, o bien, los ensayos detrás de los mismos.

Considerando todo lo anterior, la película tienen sus momentos donde el drama fluye de una manera muy ágil gracias a la combinación de todos los factores ya mencionados, mientras que también existen otros, sobre todo al comienzo de la película, donde la historia se vuelve bastante lenta. Aquí debemos mencionar uno de los puntos más importantes que crean esta sensación de lentitud: el uso de la cámara. Hay muchas escenas donde podemos ver una conversación entre dos o más personas, pero la cámara suele enfocar solamente a una, normalmente al receptor, de tal manera que podemos saber su reacción ante lo que le están diciendo. Esto crea muchas escenas contemplativas, donde a pesar de ver movimiento por parte de los actores, la cámara decide quedarse enfocando un punto fijo, llegando a algunas escenas donde se pierde de vista las expresiones corporales de los actores. Otro punto es la cantidad de información que puede llegar a haber en algunos diálogos y la velocidad con la que estos son ejecutados, esto, unido al tema de la cámara, hace que por momentos no se termine de comprender quién dice qué.

En resumen, Maestro es una cinta que queda en un limbo extraño, pues la producción y la ejecución de la vida de Leonard Bernstein son brillantes, pero al final de la película existe una sensación extraña a raíz de sus fallas.

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