Cine en palabras

Sinopsis:

Paul Atreides continúa su camino en Arrakis donde intenta evitar que los Harkonnen recuperen su poder sobre el desierto. Para lograrlo, guía a los Fremen a una lucha por la libertad.

Al igual que en la cinta que la precede, esta nueva entrega de Dune está llena de momentos emocionantes acompañados de unos efectos visuales increíbles. Sin embargo, también hay algunas cosas nuevas que logran capturar la atención del espectador de principio a fin.

Para empezar, tenemos la introducción de nuevos personajes y una ampliación del elenco. Cada nuevo personaje es introducido de tal manera que queda claro su rol dentro de la historia, además de que no intentan robar protagonismo a los personajes que ya conocíamos desde la primera entrega, sino que buscan integrarse y añadir nuevas cosas a la trama.

Ligado a los personajes, también tenemos una profundización en los protagonistas, tanto en su forma de ser como en las relaciones que existen entre algunos de ellos. Esto da pie a muchos momentos de tensión y sorpresa dentro de la historia, además de la existencia de varios diálogos interesantes que dejan que el público teja un red de posibles mentiras, traiciones e intenciones ocultas por parte de los personajes, algo que le agrega mucha emoción a la cinta.

En este sentido hay que mencionar que la exploración de los personajes va muy de la mano con una maduración en las actuaciones del elenco, pues al momento en el que sus papeles se vuelven más exigentes, los actores deben terminar de vendernos ese acto de crecimiento emocional y mental, lo cual logran con gran éxito.

A esto se le suma el uso de un gran maquillaje y vestuario para transformar a los actores en sus respectivos personajes, dándonos así un rasgo más para identificar a cada ser que intervienen en esta historia.

Entrando en aspectos técnicos, la mezcla de sonido de la cinta es una verdadera experiencia auditiva, pues se puede escuchar desde el más pequeño movimiento de la arena hasta el estruendo de las explosiones que aparecen en algunas escenas de la película. Este cuidado al detalle es uno de los más importantes para terminar de transportarnos a un lugar donde el desierto se convierte en un lugar de sobrevivencia.

Por supuesto, y como mencioné al inicio de esta reseña, el uso de efectos visuales no se queda atrás, pues gracias a ellos podemos ver cosas tan increíbles como los gusanos de arena, grandes secuencias de explosiones, y una batalla final verdaderamente emocionante. No podemos omitir la creación de nuevas locaciones donde transcurren algunos de los eventos más importantes de la película, algo que nos permite conocer el corazón de Arrakis.

Un elemento que acompaña todo esto es la música, nuevamente compuesta por Hans Zimmer, quien en esta ocasión no solo nos deja sentir el poder del suspenso y de la posible llegada de un mesías, sino que también nos regala momentos tétricos, emocionantes e incluso emotivos. Gracias a las composiciones de Zimmer, cada escena adquiere un mayor poder narrativo, conectando fácilmente con el público y generando emociones profundas en cada espectador.

Finalmente tenemos el guion, el cual tiene un buen ritmo narrativo gracias a la combinación de escenas de acción con algunos momentos más bien de estrategia política. El hecho de intercalar estos dos factores hace que mantengamos la atención en la película, pues realmente queremos saber cómo resultarán los planes de los personajes. Quizá muy al comienzo la historia tiene un pequeño problema para arrancar, pero en realidad no tarda mucho para hacerlo y una vez que lo hace el resto de la película se siente ligera y entretenida hasta llegar a su desenlace.

Sumando todos los factores que componen esta película, Dune: Parte dos no solo es una excelente secuela, sino que además es una gran película de ciencia ficción que vale la pena experimentar en la pantalla grande.

---