Cine en palabras

Sinopsis:

La familia Usher posee una gran fortuna y tiene muchos planes a futuro para la empresa familiar. Cuando los hijos de Roderick Usher, el patriarca, comienzan a morir en circunstancias aterradoras, decide confesarle al detective Dupin el verdadero origen de su éxito.

La obra de Edgar Allan Poe ha sido adaptada de diferentes maneras a lo largo del tiempo. Con La caída de la casa Usher, Mike Flanagan nos regala una exquisita ensaladas de cuentos y poemas de dicho autor. No solo el título de cada episodio nos revela el relato principal que veremos desarrollarse durante 50 minutos, sino que también hay otras referencias a partir de simbolismos, nombres de personajes principales y secundarios, fragmentos de las obras recitados por los protagonistas, o bien, escenas completas que a su manera adaptan brevemente la trama de un cuento en particular. De esta manera, no son ocho relatos únicamente los que podemos encontrar en esta serie, sino muchos más.

Para dar vida a estas piezas literarias, el guion de la serie abarca tres líneas temporales. En la primera nos encontramos con lo que podríamos considerar como el presente, es decir, el momento en el que Roderick Usher hace su confesión ante el detective Dupin. La segunda es un pasado inmediato que se remonta a tan solo dos semanas antes del presente, y es en esta línea en la que descubrimos poco a poco lo que pasó con los integrantes de la familia. La tercera línea nos transporta a la década de los 80’s e incluso un poco más atrás por momentos para explicarnos algunos detalles de Roderick y su hermana Madeline.

A partir de la división de la trama en estas tres secciones, la serie no deja de construir un ambiente de misterio lleno de intriga por saber más acerca de los personajes y así resolver la incógnita mayor. Esto hace que sea prácticamente imposible ver solo un episodio, pues el desenlace de uno invita a ver el siguiente de manera inmediata. Al respecto, la continuación que hay entre capítulos es bastante buena, pues siempre se le da seguimiento a los conflictos que se van presentando, abordando la manera en que los personajes reaccionan ante ciertos sucesos y cómo el pasado va siendo la respuesta a muchas cosas que ocurren en el presente. Es así como los misterios que se van presentando a lo largo de la serie son respondidos conforme llegamos al final, sin embargo aquí también aparece un caso en particular que no necesita de mucha explicación, pues con la información que tenemos de episodios anteriores podemos intuir fácilmente lo que ocurrió, aunque por el formato que maneja la serie, se siente un poco extraño que no se explique lo que en verdad pasó.

Además de esto, el guion se cuida de mostrar contenido sexual a pesar de que es una temática muy recurrente en la vida personal de algunos de sus protagonistas, basta con una toma en la que se deje implícito lo que está pasando para pasar al siguiente tema y así no romper con el ambiente de tensión, mismo que va creciendo a medida que pasan los capítulos. Esto se debe a que al principio hay muchos personajes a los que dedicarles tiempo, y conforme este número se va reduciendo, el nivel de atención y de desarrollo que logran ciertos protagonistas nos permite adentrarnos en un ambiente mucho más oscuro del que teníamos al principio.

De aquí pasamos entonces a la producción y otros aspectos técnicos de la serie. En primer lugar, hay que destacar el uso constante de espacios oscuros, ya sean abiertos o cerrados, para generar el factor de terror, pues es en estos sitios donde ocurre la mayor parte de los sustos, mismos que están bien calculados para hacer brincar a la audiencia repentinamente, aunque conforme va avanzando la historia, podemos detectar algunas señales que delatan una próxima aparición fantasmal. A pesar de esto, el susto nadie lo quita, pues no sabemos qué es lo que va a aparecer ni cómo lo hará. Así, como hay algunas sombras que se quedan a espaldas de los personajes, hay otras figuras que aparecen de frente, de tal manera que uno debe estar preparado para todo tipo de sustos.

En segundo lugar, la música, compuesta por The Newton Brothers, nos ayuda a sumergirnos en las profundidades de estos espacios terroríficos, pero también nos hace sentir compasión en algunas escenas, la tensión de otras, y un poco de tristeza de vez en cuando.

En tercer lugar, las actuaciones de todo el elenco son excelentes, algo que va muy de la mano con la construcción de sus personajes, la cual es bastante clara desde el principio. A través de diálogos, escenas cortas pero concisas, el enfoque a objetos determinados y la vestimenta de los protagonistas, podemos saber mucho acerca de la personalidad de cada quien. Considerando este conjunto, no es necesario que alguien nos explique cómo es cada quien, nosotros lo sabemos muy bien. Esto no quiere decir que no existan algunas aclaraciones, algo que queda a cargo del narrador, Roderick Usher, y que tiene la función de hacer evidente la relación que existe entre ciertos sucesos, así como de añadir información adicional que al parecer solo él conoce y que ayuda a profundizar en algunos detalles. Sin duda el personaje más misteriosos es Verna, protagonizado por Carla Gugino, pues a pesar de que podemos intuir qué representa, su papel no es del todo fijo, cada aparición es diferente a la anterior, mostrándonos así la capacidad de la actriz para adaptarse a diferentes roles sin dificultad alguna.

En cuarto y último lugar, nos encontramos con la cantidad de temas que se abordan a lo largo de la serie, los cuales van más allá de cualquier relato de misterio de Poe incluido en esta serie. Temas como la relación entre salud mental y trabajo, los extremos a los que puede llegar una persona con tal de tener éxito o llamar la atención, los excesos que pueden darse en la vida privada, el uso incontrolado de medicación o de drogas, la corrupción humana a causa del poder y el dinero, y el impacto que puede tener la oferta y la demanda de ciertos productos, son abordados a través de diferentes personajes, y se procura darles cierta profundidad para que no queden como un comentario perdido entre tantos diálogos.

Todo lo anterior no quiere decir que la serie esté exenta a tener ciertas fallas o cosas que no terminan de convencer del todo, por ejemplo, el hecho de que todos los capítulos, a excepción del primero, siguen el mismo modelo, llegando al punto en el que podemos saber en qué momento nos encontramos del episodio que estamos viendo gracias a la aparición recurrente de una de las líneas temporales en un punto específico. Otro ejemplo es que hay un detalle al que se le da mucha importancia inmediatamente después de que aparece, pero después de dos capítulos, este queda en el olvido.

En conclusión, La caída de la casa Usher es una buena introducción a quienes no están familiarizados con la obra de Poe, pero que gustan de serie llenas de misterio que combinan lo paranormal con lo que parecería un extraño caso policiaco. Sin embargo, para quienes sí tienen conocimiento de la obra del escritor, sin duda quedarán con ganas de regresar a sus textos para ver qué pudieron pasar por alto en esta maravillosa serie.

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