Cine en palabras

Sinopsis:

En el proceso de abrir un nuevo restaurante, Carmy Berzatto, su hermana Natalie, y Sydney se enfrentan a una serie de obstáculos que les podría costar cumplir con su meta.

La serie retoma muy bien desde lo último que vimos en su primera temporada, creando una sensación de continuidad muy acertada.

Desde la escena de apertura y a lo largo de todo el primer episodio, se nos presenta un tono más relajado, que va a marcar a la mayoría de los capítulos, pues dejamos de ver al personal de Chicago Beef gritándose constantemente para así dar paso a un desarrollo de personajes mucho más profundo en algunos de ellos. Esto es algo que se consigue gracias a la introducción de nuevos personajes que permiten explorar nuevas aristas de quienes ya conocemos, y a la ampliación de lugares donde transcurre la trama, pues ya no solo vemos a los protagonistas interactuar entre ellos en la cocina del restaurante, sino que también conocemos cómo se desenvuelven en lugares desconocidos, o bien, en espacios muy personales.

Gracias a lo anterior, cada capítulo nos regala todo tipo de mezclas emocionales, pues en un promedio de media hora encontramos escenas emocionantes, emotivas, relajantes, frustrantes, sorpresivas, angustiosas, satisfactorias, e incluso cálidas, tanto por su nivel de producción como por el factor humano presente.

Algo que hay que considerar es que el estrés no queda fuera por completo, pues hay varias escenas, e incluso capítulos completos, donde las situaciones se salen de control y todo se vuelve caótico. De esta manera la serie no pierde una de las características que la hizo popular luego de su lanzamiento.

Un factor que diferencia mucho esta nueva temporada de la anterior es la carrera contra el tiempo que enmarca todo lo que vamos viendo en pantalla. Debido a esto, cada obstáculo, reto o problemática personal que se presenta adquiere una importancia gigante, pues por la intensidad de la situación sabemos que cualquier falla podría tirar a la basura todos los esfuerzos del equipo para abrir su nuevo restaurante.

Por otra parte, esta carrera contra el tiempo también nos ayuda a tener un mejor panorama de cómo avanza el reloj y el calendario, remarcando así la urgencia de que todo salga bien en el menos número de intentos. A su vez, esto se relaciona con que lo que ocurre en un capítulo impacta de manera directa en lo que vemos en el siguiente, o en algún otro después. Al hacer esto, la serie crea ganchos aún más poderosos para que el espectador siga interesado en saber qué ocurre más adelante, haciendo que la serie sea prácticamente imposible de soltar.

En los aspectos técnicos, seguimos viendo grandes actuaciones por parte del elenco, algo que ayuda mucho a observar el crecimiento de ciertos personajes. También se nos sigue presentando una fotografía que nos antoja cada platillo que los protagonistas crean, pero que también nos muestra la belleza de varios paisajes naturales y citadinos a diferentes horas del día. Así mismo la selección musical es más amplia de lo que pudimos apreciar en la primera temporada, conectando de mejor manera las emociones del espectador con lo que ocurre en esta continuación.

Resumiendo, The bear, en su segunda temporada, nos entrega una trama más compleja y entrañable de lo que vimos en la primera, regalándonos momentos inolvidables y una producción fantástica en cada capítulo. Si la primera parte de esta historia te gustó, esta te va a encantar.