
Título original: Quiet on set: The dark side of kids tv
Dirección: Mary Robertson, Emma Schwartz
Año: 2024
Número de capítulos: 5
Duración aproximada: 40 – 50 minutos
Sinopsis: Esta serie documental saca a la luz algunos de los oscuros secretos y escándalos ocultos detrás de los programas más famosos de la cadena Nickelodeon entre la década de los 90 y el comienzo de los 2000.
Desde la introducción a este documental queda más que claro que el objetivo es presentarnos cómo es que Dan Schneider, productor de muchas de las series famosas de Nickelodeon, llegó a tener tal peso dentro de la industria, que no importaba qué comportamientos tuviera con el resto de sus compañeros de trabajo, o los ambientes tóxicos laborales que imponía para lograr sus objetivos, lo que realmente importaba era el rating de esos shows que él creaba y por lo tanto él quedaba impune de todo.
Con la figura de Schneider bajo los reflectores, el documental reúne una serie de testimonios que vienen por parte de guionistas, personal de maquillaje y vestuario, estrellas infantiles y padres de familia que fueron testigos o víctimas de este las conductas nada profesionales del productor.
A partir de dichas entrevistas ponemos bajo la lupa programas como El show de Amanda, All that, Zoey 101, Victorious, Sam & Cat, y por supuesto, iCarly. Es ahí donde el velo de la inocencia con el que alguna vez pudieron haber sido vistas algunas escenas que forman parte de estas series, se rompe. Ahora somos plenamente conscientes de cómo algunos de los «chistes» que mencionan o actúan los protagonistas tienen referencias sexuales o comentarios racistas hacia lo que representaban sus personajes, así como la incomodidad de algunos de los actores al tener que participar en este tipo de escenas.
Sin embargo, conforme avanzamos en la serie documental, nos percatamos que la presencia de Dan Schneider no es lo único problemático dentro de la cadena Nickelodeon, sino que surge el tema de la presencia de tres predadores infantiles, siendo el más conocido Brian Peck, que se encargaron de abusar de miembros de los programas que se grababan en Nick.
Es aquí donde, a partir de los testimonios que muestran las largas jornadas laborales a las que eran sometidos los actores siendo menores de edad, el documental comienza a señalar otras cuestiones que resultan interesantes: la falta de leyes que regularan el trabajo infantil en la televisión, los juegos de poder que existían dentro del set y que facilitaban el acoso y el abuso por parte del personal, la sexualización de menores, el trauma infantil y sus consecuencias en la adultez, la injusticia ante delitos sexuales, la violación de la confianza en los niños por parte de alguien en quien confían, la explotación de los actores cuando están en su apogeo y su posterior abandono, el miedo a denunciar por las consecuencias que esto pudiera traer sobre las víctimas, especialmente cuando su trabajo es el único ingreso económico para su familia; etc.
A pesar de hacer mención de todos estos temas, el documental cojea un poco en cuanto a las notables ausencias, pues si bien se mencionan nombres importantes como Ariana Grande o Jannette McCurdy, solo nos enteramos de sus historias por el trabajo de investigación que realizan dos periodistas que también son entrevistadas para este documental. Así mismo, a pesar de que se hace hincapié en como iCarly y Victorious, comienzan a mostrar un contenido que parece dejar de estar dirigido a los niños, nos hay ningún miembro de su elenco que salga a contar su versión de la historia, de nuevo, todo lo sabemos por terceros.
También se habla sobre cómo los ejecutivos del canal no actuaron para detener los horrores que ocurrían en el set, pero no hay ninguna intervención por parte de ellos, ni siquiera Schneider salió a terminar de completar el panorama, lo único que sabemos de él es a través de unos textos que se presentan en ciertos momentos del documental para decir de Schneider salió para negar ciertas acusaciones.
Esto hace que el documental se sienta un tano incompleto, pues, a pesar de las desgarradoras historias que escuchamos y los temas tan delicados que se mencionan, el documental deja huecos que vale la pena explorar con mayor atención, pues si bien se hace mucho énfasis en cómo Schneider era un verdadero problema en el set, se siente que el documental podía ir por mucho más que eso. Incluso, hay varios momentos donde parece que hay la promesa de ahondar en ciertas problemáticos en otros capítulo, pero eso no ocurre.
Sea como sea, al terminar de ver el documental queda más que clara la relación existente entre su título y su contenido, pues hubo silencio por mucho tiempo por parte de las víctimas infantiles, de las víctimas laborales, de los padres de familia, y de los ejecutivos del canal. Si bien ya ha habido mucha información acerca de lo que ocurría en los estudios de grabación de Nickelodeon, siendo uno de los parteaguas el libro de Jannette McCurdy, I’m glad my mom died, al parecer quedan bastantes personas que deberían de decir algo acerca de lo ocurrido en esta cadena de televisión desde finales de los 90 hasta 2018 con el despido de Schneider a raíz del movimiento Me Too.
En resumen, Quiet on set es un documental difícil de olvidar, y que seguramente no dejará que los programas mencionados sean vistos como se había hecho hasta ahora. La casa del horror de Nickelodeon, retratada en cada uno de los testimonios que escuchamos, deja varias incógnitas que seguramente serán respondidas con el paso del tiempo.

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