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Reseña: La Princesa Mononoke

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Lu_Guillen

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¿Pueden la naturaleza y la industrialización convivir en paz?

Dirigida por Hayao Miyasaki y producida por Studio Ghibli, La princesa Mononoke (1997) narra la historia del príncipe Ashitaka, quien atrae la maldición de un jabalí salvaje al que ataca. Así es como la jefa de la aldea le recomienda al joven emprender un viaje para buscar al dios Siervo y pedirle que retire la maldición.  

Durante su viaje, Ashitaka conoce a personajes interesantes como la Dama Eboshi, quien ha construido una aldea donde se produce hierro, sin embargo, para lograrlo tuvo que hacer cosas terribles contra la naturaleza, lo que despierta la furia de los dioses del bosque. Una de ellos es Moro, una loba que cría como a su hija a una humana llamada San quien comparte el odio por los humanos de su protectora.

Durante los 133 minutos que dura la película, se habla del tema de la convivencia del hombre con la naturaleza lo cual se ve reflejado en los simbolismos que encarnan sus personajes y es aquí donde yace su importancia en la historia. Por este motivo resulta importante poner atención a los sentimientos y formas de pensar de cada uno de ellos y como cambian o se mantienen a lo largo de la historia.  

A diferencia de otras películas de Studio Ghibli, La princesa Mononoke muestra algunas escenas que pueden resultar perturbadoras para una audiencia infantil por la violencia que se maneja. Sin embargo resulta ser una historia muy interesante para un público mayor.

Además, la música a cargo de Joe Hisaishi y la animación tan característica de estas películas, harán que como espectador te sumerjas en la magia que se presenta en la cinta. Gracias a esto, a pesar de que la duración es superior a la de otras películas del mismo estudio, el tiempo no se siente, pues la historia es tan ágil e interesante que hará que no te despegues de la pantalla.

Si te agradan otras películas de Studio Ghibli, pero aún no has visto esta, no dudes en ponerla en tu lista.

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