Cine en palabras

Título original: The menu

Dirección: Mark Mylod

Año: 2022

Duración: 1h 47m

Elenco: Ralph Fiennes, Anya Taylor-Joy, Nicholas Hoult, Hong Chau, Janet McTeer, Paul Adelstein, John Leguizamo, Aimee Carrero, Reed Birney, Judith Light, Rebecca Koon, Rob Yang, Arturo Castro, Mark St. Cyr

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Un grupo de turistas llega a una isla donde un excéntrico chef ofrece una experiencia única a partir de un menú cuidadosamente diseñado.

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La película va al punto central de su trama desde los primeros minutos de la historia, de tal manera que no se preocupa demasiado en mostrar el contexto de los personajes, ni siquiera sabemos quiénes son hasta pasados unos cuantos minutos. Esto no quiere decir que la historia descuide a sus personajes, al contrario, mientras más avanzamos más sabemos de ellos, al punto de saber algunos detalles que se podrían considerar muy personales, gracias a los cuales podemos comprender mejor su manera de actuar y de pensar.

Ahora, como la cinta va directo al grano, buena parte de la película pasa con un ritmo bastante ágil. Sin embargo, llega un momento en el que la historia se siente más bien lenta, generando la sensación de que pudo haber durado un poquito menos, o que algunas de sus escenas pudieron ser más cortas.

Por un lado, la lentitud de la película se da a partir de la combinación del género del suspenso con la comedia, sobre todo porque en determinado punto la historia parece estar entregada por completo al suspenso, creando ambientes pesados llenos de tensión. Estos son los ratos que se ven interrumpidos por algunos comentarios o acciones que más bien hacen alusión a una sátira, ya sea del comportamiento humano, de un grupo específico de la población, de la manera de reaccionar ante cierto tipo de situaciones, y por supuesto, del aspecto culinario. Si bien esta sátira esta realizada de una manera adecuada, al entrar en choque con la tensión que se presenta en determinadas escenas, se siente más bien como una irrupción extraña haciendo que no quede del todo claro si hay que reír o guardar silencio.

Ahora, esta combinación no está del todo mal porque termina consiguiendo que entren en juego las emociones de la audiencia, siendo esta la que al final decide cómo reaccionar ante lo que se está viendo, sobre todo en aquellas escenas donde los eventos mostrados parecen no tener explicación alguna y que pueden a resultar perturbadoras, pues en definitiva no son el tipo de escenas que uno esperaría ver en una película donde la comida tiene un lugar primordial.

El otro elemento que hace que la película se sienta un poco lenta por momentos, aunque en un lado positivo, es el manejo de la desesperación y la frustración que sienten los personajes al no poder salir de la incómoda situación en la que se encuentran. Estas emociones son bien guiadas hacia el espectador, quien, al igual que los protagonistas de esta cinta, no ve la hora en que se desvele el gran final del acto, no porque la película resulte aburrida, sino porque hay muchos puntos que van surgiendo a lo largo de la trama que merecen una explicación. Además, la película hace un buen trabajo en la construcción de esa sensación de estar atrapado en un lugar en el que, sin importar lo que se haga, parece no haber escapatoria.

Ahora bien, visualmente la película resulta toda una experiencia, pues la manera en que se van mostrando los paisajes naturales y los platillos que se les da a los comensales es simplemente maravillosa, de tal manera que parece que uno está viendo un canal de cocina o un vídeo que tiene todo el propósito de causar un impacto visual a partir de la comida.

En cuanto a las actuaciones, la triada principal, conformada por Anya Taylor-Joy, Nicholas Hoult y Ralph Fiennes es simplemente espectacular, siendo Fiennes quien logra provocar todo tipo de emociones en su público gracias a partir del control de la mirada, pues es gracias a esta que su personaje puede transmitir lo que está sintiendo en un momento determinado. Además, aquellas escenas donde Fiennes y Taylor-Joy interactúan se ven marcadas por una gran tensión, siendo el desenlace de la película una de las escenas con mayor impacto gracias a la actuación de esta dupla.

Al final, El menú termina siendo una de esas películas que tiene un contenido crítico hacia diferentes factores sociales e individuales, tales como la pérdida de la felicidad o de la ilusión, el hecho de que alguien se crea superior a los demás, ya sea por su posición social, sus conocimientos o sus habilidades; el derrotismo, el perfeccionismo, los engaños a uno mismo y a los demás, el tipo de empresas que financian lugares como el que salen en la película, etc.

Sin duda, al terminar de ver El menú la audiencia termina marcada, para bien o para mal, pues es una película que no deja indiferente a pesar de su extraña combinación de géneros cinematográficos.

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