Cine en palabras

Título original: Vivarium

Dirección: Lorcan Finnegan

Año: 2019

Duración: 1h 37m

Elenco: Imogen Poots, Jesse Eisenberg, Jonathan Aris, Senan Jennings, Éanna Hardwicke

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Una pareja busca comprar su primera casa, por lo que van a una agencia de bienes raíces. Durante su visita a una de las casas, la pareja termina atrapada en algo que no pueden entender.

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La película lleva al espectador al tema central casi de inmediato, pues no pasan ni diez minutos y ya están pasando cosas extrañas que requieren una explicación, la cual se piensa que será dada en algún momento de la trama. A partir de estos extraños elementos que se presentan en diferentes escenas, se crea un ambiente pesado e intrigante, pues las cosas sólo se enturbian conforme avanza la historia.

Esto se relaciona con el ritmo que tiene la película en general, pues si bien no tarda en arrancar, el desarrollo sí que se siente un tanto pesado debido al tema que aborda, pues al final se trata de una cuestión bastante repetitiva, donde parece que no ocurre casi nada después de un rato, aunque al final uno se percata de todo lo que pasó. Además, lo que hace la historia es sumergir al espectador en el ciclo casi infinito en el que se ven inmersos los protagonistas, compartiendo así su desesperación, su frustración, su camino a la locura, e incluso su aburrimiento.

Lo que mantiene la atención del espectador es la manera en que ocurren las cosas, pues estas rayan en lo perturbador, por lo que uno espera que la película explique el porqué pasa todo lo que vemos. Sin embargo, la película prefiere dejar que el espectador arme la historia con todas las piezas que se le dan, llegando así a un final que sorprende y que explica una que otra cosa. A pesar de esto, la película también saca algunas cosas que parecieran estar ahí por alguna razón, aunque estas nunca son explicadas, lo cual le hubiera sumado bastante interés a la película. Esto, por supuesto, no significa que la trama sea incomprensible, pero sí que se siente que faltó algo que le sumara aún más interés a este cierre.

Vivero no es una película fácil de ver por su ritmo repetitivo, pero es una buena opción si se busca una historia donde las cosas carecen de sentido y nadie entiende lo que está pasando.

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